Las carabelas de la humanidad.

Nuestro gran viaje. El de la existencia, el de la conciencia, el de la imaginación; materializados en esa inevitable relación de la humanidad con el enigmático e insondable espacio exterior.
Nuestro incontenible afán por descubrir qué hay más allá, nos ha movido en todas las posibles direcciones desde que abrimos los ojos en este planeta. Nos movió a las montañas más arrogantes, a los océanos y sus celosas profundidades, a los continentes allende el horizonte, a los rincones polares; y nos movió al cielo, sólo para que nos siguiéramos hacia la luna y mucho, mucho más lejos.

El 25 de agosto de 2012, la sonda Voyager 1, la nave espacial humana más alejada de la Tierra, cruzó la Heliopausa, a un poco más de 19000 millones de kilómetros desde el sol y alcanzó el espacio interestelar. 7 años después se ha alejado un total de 21 mil millones de kilómetros del sol. Tendrá que viajar unos 300 años más para llegar a la nube de Oort, considerada el límite verdadero del sistema solar, que marca apenas, la primera cuarta parte del camino a la estrella más cercana al Sol: Próxima Centauri.

Hoy nuestra mirada está puesta en marte. En los próximos años veremos cómo se intensifica la carrera hacia el cuarto planeta desde el Sol.

Pero nuestros viajes no son sólo físicos, nuestra mente ha emprendido desde el  despertar de nuestra especie su propias aventuras a los más remotos parajes de la imaginación. No habíamos alcanzado el sedentarismo cuando ya ensalzábamos los relatos con magia y fantasía. Todos los recursos de la imaginación estuvieron siempre al servicio de la irrefrenable necesidad humana por expresarse. Con palabras, símbolos e imágenes hemos construido otro mundo tanto a más vasto que la Tierra. Un mundo de relatos, mitos, leyendas, religiones; poblados por todo tipo de dioses, monstruos y seres fantásticos, tan improbables tal vez, como el humano mismo.

La música, la pintura, la danza, la literatura, el cine, la fotografía, los videojuegos son creaciones humanas creadas para crear, para plasmar y expresar lo tangible e intangible, lo real y lo irreal, lo sólido y lo etéreo.

En esta gran recopilación Richard Vezina hace uso de todo el poder de la imagen y la música, de grandes obras del cine y el registro documental fílmico de la carrera espacial, para impactarnos con un montaje del hombre y el espacio que arrebata el corazón y por supuesto la imaginacion.

La dramática realidad histórica se mezcla y fusiona con lo que nuestra imaginación exuda. Historia y fantasías revueltas en una oda al espacio y los confines de nuestros sueños.

Disfruten esta aventura con buenas bocinas.